Este año trabajaremos las nouvelles premiadas en el Certamen "Premio Municipalidad de San Salvador de Jujuy".
Presentación.
El Premio Municipal de San
Salvador de Jujuy convocó, en su edición 2011, para la Categoría Narrativa
“Novela Corta” y esto ya es un hecho digno de mención en una época conservadora
que tiende a publicar géneros tradicionales. Ni La divina comedia ni el Martín
Fierro habrían podido editarse con los criterios acostumbrados. Claro que
el arte siempre se las arregla para hacer “trampa” una vez hecha “la regla” y
así, por ejemplo, encontramos que una colección de cuentos enmarcados al mejor
estilo de Boccaccio como La fuga de
Eduardo Mignona obtuvo el premio Emecé de novela 1998/99, otorgado en forma
unánime por un jurado que integraron Antonio Dal Masetto, Angélica Gorodischer
y Juan José Hernández y estoy por completo segura de que ninguno de los tres
jurados dejó de advertir que no se trataba de una novela.
En general,
los concursos buscan premiar novelas de más de 200 páginas descartando la
nouvelle o novela breve de la cual existen ejemplos de autores como Cortázar,
Vargas Llosa, Bioy Casares, Onetti -por nombrar algunos en nuestra lengua-, así
como en Camus, Oscar Wilde, y Faulkner -entre otros-, en el ámbito
internacional.
Presentamos
aquí las tres novelas cortas premiadas que -entre otros temas- tratan la
cuestión de la identidad sexual en una Argentina que, durante los últimos años,
legisló en estos aspectos tan postergados.
Cuando la
literatura y el arte se ocupan de reivindicaciones suelen adoptar perfiles
trágicos: la persecución de los judíos, de las lesbianas, de los negros, de los
trans, de las poblaciones indígenas, de las mujeres, de los homosexuales, se
reflejaron en novelas, cuentos y películas que solo se suavizan para dar lugar
a los pequeños detalles cotidianos, sanadores, cuando la injusticia se aplaca y
la sociedad crece y aprende a aceptar que, por suerte, todos somos diferentes y
que eso es lo que nos hace más cultos, más inteligentes, más felices. Las tres
nouvelles exponen las dificultades frente a la sociedad que aún quiere fingir
que no existen diferencias; hay aspectos trágicos, pero estas historias se
apartan de lo sórdido, de lo subterráneo y dan cuenta de aspectos cotidianos,
tiernos, afables que muestran la homosexualidad desde una naturalidad diaria.
Creo leer en esto, que en nuestro país, aún con todo lo que queda por hacer,
vamos por buen camino.
Pero todos sabemos que si alguien
escribe literatura, lo fundamental no radica en la reivindicación o en la
denuncia. La identidad, en sentido amplio, era el tema del concurso, así que de
una manera o de otra, todas las novelas cumplían con ese requisito. La temática
no garantiza el valor literario. Somos lectores que no buscamos una obra porque
sea policial o romántica, de terror o política. Pretendemos leer algo bien
escrito y ese es el sentido de un concurso literario: debe primar el criterio
artístico.
Entonces ocurrió que entre los
ganadores hubo dos escritores de trayectoria: Patricia Suárez y Jorge
Paolantonio -ambos se dedican a diferentes géneros- y una revelación: Cristian
Godoy que escribe narrativa.
La novela de Patricia Suárez avanza
con una estructura original, que, en parte, también remite al relato enmarcado
y a las estructuras de algunas novelas de Faulkner o al cuarteto de Alejandría.
Estructura en la cual cada personaje cuenta un poco su versión de los hechos,
el por qué se encuentra en esa situación. Es una novela en tránsito, de vidas
en tránsito. Los personajes atraviesan una crisis y la acción es interior. Lo
exterior es un breve trayecto en auto por el espacio simbólico de la ruta.
Jorge Paolantonio nos lleva a la
vida de las ciudades de las provincias norteñas. Las historias podrían haber
ocurrido en San Salvador o en Salta, a mediados del siglo pasado. Hecha de
recuerdos, homenajes, retazos, voces familiares para reconstruir un pasado que
nos atañe. Tierna, irónica, con deliciosas observaciones de esas que uno
quisiera haber escrito y con un sutil juego de voces que develan a esos personajes
en todos sus matices. Uno termina queriendo hasta a los peores.
La novela de Cristian Godoy es
originalísima tanto en su tema y estructura, como en su modo de narrar y su
lenguaje: un lenguaje cuya llaneza y precisión ocultan un trabajo asombroso. Es
una de esas historias que van ocurriendo ante nuestra mirada sin que nos demos
cuenta de que nos están llevando cada vez más profundo hacia un feroz y
habitual, insoportable y cotidiano, excepcional y acostumbrado en el cual el
límite entre la enfermedad mental y la lucidez es difícil de distinguir.
Estoy agradecida por la convocatoria
al Sr. Intendente, Arq. Raúl Eduardo Jorge, y al Sr. Secretario de Cultura y
Turismo de la Municipalidad de San Salvador de Jujuy, Prof. Alejandro Nicolás
Aldana. Es un placer y un lujo para mí presentar la edición de estas tres
novelas en nuestra provincia.
Elena
Bossi.
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