martes, 17 de agosto de 2010

De todo un poco






Gracias a Beatriz Raffo por esta información que publicamos acerca de Aurora:



La ópera “Aurora” fue encargada a Héctor Panizza por el gobierno argentino en 1906. Inspirada en un trágico hecho de la historia local –narrado en un relato de Héctor Cipriano Quesada y Luigi Illica- fue compuesta por el autor en su departamento de Milán y lleva el nombre de la protagonista femenina, quien simboliza el nacimiento de la Nación Argentina.


“Alta pel cielo, un’aquila guerriera,
ardita s’erge in volo trionfale.
Ha un’ala azzurra, del color del mare,
ha un’ala azzurra, del color del cielo.

“Così nell’alta aurora irradiale,
il rostro d’or punta di freccia appare,
porpora il teso collo e forma stelo,
l’ali son drappo e l’aquila è bandiera.

“È la bandiera del Paese mio,
nata dal sole; e ce l’ha data Iddio!”

“Alta en el cielo un águila guerrera,
audaz se eleva en vuelo triunfal.
Azul un ala, del color del cielo,
azul un ala, del color del mar.
Así en el alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita,
y forma estela al purpurado cuello.
El ala es paño, el águila es bandera.

Es la bandera de la Patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios.”


NOTAS AL TEXTO TRADUCIDO (de Wikipedia)

La traducción efectuada al texto original italiano resultó sumamente creativa, consignando términos que no existen en castellano, errores de interpretación, así como referencias a elementos desconocidos en la Argentina. La referencias a un "aguila guerrera" se entiende entre las referencias clasicistas a la mitología greco-latina, donde se compara un águila de color azul y blanco a la bandera nacional.

El escritor Juan Sasturain escribe sobre los neologismos: "En el original italiano, no hay “aurora irradial” (no existe en castellano) sino “aureola irradiale”, es decir: la aureola de rayos del amanecer que, como la que ilumina la cabeza de los santos, ilumina al águila(...) se traduce el verso “il rostro d’or punta de freccia appare” como “punta de flecha el áureo rostro imita”, cuando “rostro” es “pico” en italiano: es decir que el pico del águila, iluminado, parece una punta de flecha, el extremo metálico del asta. (...) el verso “Y forma estela al purpurado cuello” [...] por “porpora il teso collo e forma stello”, que quiere decir (...) que enrojecen (los rayos del sol) el tenso, alargado cuello (del águila) y forman el tallo (“stelo”, no es “estela”), el asta de la bandera. "

miércoles, 11 de agosto de 2010

Colabora hoy el poeta Guillermo Saavedra




Los poemas que siguen pertenecen a su libro:

Del tomate

Breves hipótesis de music hall
seguidas de un epílogo aguafiestas

El libro fue editado por la editorial Pre-Textos, en España, en octubre de 2009, con dibujos del gran artista plástico argentino Eduardo Stupía.
(Próximamente alguna de las ilustraciones en este blog)



In memoriam Noemí Piñeiro,
por sus salsas y todo lo que en ellas

1.
He aquí al héroe de la quinta,
un modesto prodigio americano
con aspecto de lámpara china.

2.
Pura luz hecha de agua:
un corazón fugaz, bombeando
interjecciones de júbilo en sordina.

3.
Su trajecito de gala, la fantasía festiva
de su rojo confirma una sospecha:
es una dama metida por error en la ensalada.

4.
Quien tenga alguna duda que mire
cómo baila su danza del gusto:
un can can en la lengua, un vals en la barriga.

5.
Y además, sus lánguidas pestañas,
sus ademanes leves, su piel siempre
tan suave: es la princesa azteca más antigua.

[…]

10.
Si lo abrimos, su sangre
desparrama la luz en la cascada
que su risa escalona: ¡son semillas!

11.
¿Y cuando, recién lavada, su piel tan niña
canta el mismo fulgor de esas pequeñas
primaveras metidas en los bolsillos del invierno?
[…]


Tomate,
tomatito,
forma oscura.
[…]

27.
Si lo pensaras quieto, en la siesta
de un patio, él diría: “parezco lleno
de mí pero estoy hecho de nada”.

[…]

29.
El desparpajo casi
azul de su sonrisa:
¡él es el clown de la ensalada!
[…]

37.
Soñabas en tomate: su voz,
una canción de cuna en suave salsa,
pudo dormir al niño que llevabas.


38.
Te regalé un tomate la otra noche,
envuelto en fina caja de bombones.
Yo mismo fui el tomate: ¡qué derroche!